Se acerca el 1 de abril, fecha en la que el virus/gusano Conflicker hará de las suyas. Pero no hay que desesperarse que con tener un antivirus al día y nuestros sistemas al día no hay problema.
Aquí les presento algunas alternativas para poder saber si el famoso Conflicker está en nuestras computadoras o no, y además eliminarlo.
1. La primera de ellas viene por cortesía de ESET, fabricante del famoso antivirus NOD32 y su otro buen producto (aunque un poco caro) ESET Smart Security. Pueden clickear AQUI para descargar la aplicación.
2. Otra buena opción es utilizar la herramienta ofrecida por los muchachos de Kaspersky, desarrolladores de uno de los mejores antivirus del mercado (Aunque un tanto complicado para los usuarios novatos). La herramienta creada por Kaspersky la pueden descargar haciendo click AQUÍ.
3. Por último, los amigos de McAfee también han hecho un servicio a la comunidad al lanzar una aplicación que ademas del Conflicker, detecta otros virus y gusanos de nuestras compus. Click AQUÍ para descargarla.
Si no cuentan aún con un antivirus o el que tienen ya caducó, les recomiendo que vayan pensando en descargar alguno de los antivirus gratis (Avast, AVG, Avira, etc.) o comprar uno de los de paga (McAfee, Norton, Kaspersky, NOD32, etc.)
Y si son de los que tienen un Windows pirata y además sin crackear... mmmm... en aras de evitar ser portadores y lo que es peor: ser focos de contagio de este bicho informático, les recomiendo que compren un original (o se busquen un crackeador y parchen sus sistemas ¡lo antes posible!).
Verás, la última vez que la vi estaba hasta las patas, se metía coca hasta por las orejas, subió de peso, no se arreglaba, parecía un buda, un luchador de sumo... Yo trabajaba con ella en el Scarlet, ambas atendíamos a congresistas, había uno del APRA que era su casero, ese gordito que se sentó encima de un negro, no recuerdo cómo se llamaba. Sí, ese, de lentes, bajito, con cara de huevón. ¿Sabes?, ella tenía que coquearse para poder atender a sujetos así. Contrahechos, me refiero. En fin. El caso es que Eva María tenía tendencia a la depresión. La primera vez que la vi en mal estado fue cuando apareció su video sexual con Cromwell y el Coyote. Eso la deprimió muchísimo, la prensa se ensañó con ella. Carlos Cacho le dio en el piso un mes entero, ¿te acuerdas de eso? En la calle le gritaban de puta para abajo. Así de ingrata es la vida de vedette pues papito... ¿Que si estoy arrepentida de haberle presentado a Cromwell? Cada quien escoge su camino, jamás la obligué a nada. Ten en cuenta que yo misma estuve implicada en el caso, me embarraron hasta el cuello, y mírame ahora. Aunque sí, soy conciente que a raíz del escándalo Evita empezó a meterse sus tiriños. No quiero ahondar más en el tema, ni mucho menos hacer leña del árbol caído, pero bien dura paraba la gordita, jalaba todo el día, un aguante bárbaro tenía, no me explico cómo sigue viva todavía... pero bueno, prefiero no decir más, ojalá mejore porque es una buena chica, bastante noble, siempre me invitaba a comer, anota eso. Ahora está internada en el Centro Victoria o algo así, rehabilitándose. Su papá está gastando un platal en el tratamiento. Solo espero que no la crucifiquen por haber caído en las garras del vicio. A todos nos pasa, ¿no? La droga está en todas partes, no entiendo por qué tanto alboroto, muchos famositos se meten su rica coquita, vedettes, cómicos, cantantes, actores, conductores de TV, blogueros, directores, artistas, periodistas... hasta los futbolistas lo hacen. ¿Te acuerdas del Machi Pinillos?, ese tipo era una joyita, se parchaba bien rico, si yo te contara amigo...
Trabajé en Las Suites de Barranco. Sí, de prostituta. En mi mejor época llegué a cobrar hasta 400 dólares por una noche de placer. En ese entonces era la vedette más cotizada del Perú. El éxito me sonreía, los contratos me llovían, me sentía en la cima del mundo. Lamentablemente, nada dura para siempre. El acabose vino cuando Maribel Velarde me presentó a Cromwell Gálvez, un supuesto gerente del Banco Continental. El tipo me ofreció 10 mil dólares a cambio de acostarme con él, con la posibilidad de hacer un trío con su ahijado. Claro, ¿y qué esperabas? Fue una oferta que no pude rechazar. Todos tenemos nuestro precio, ¿no? Seguro que tú también. Iba a usar ese dinerito para abrir mi cevichería en Lince. Confié ciegamente en Maribel, creí que nada pasaría, pero ya viste cómo resultaron las cosas, nunca pensé que mi mejor amiga me traicionaría de esa manera. Cuando el video sexual con Cromwell salió a la luz mi ascendente carrera se desmoronó por completo. La difusión de ese maldito video me afectó moralmente como no tienes idea. Subí de peso, entré en depresión. La situación condujo a que me convirtiera en una cocainómana de ligas mayores. Sabía que mis colegas de tangas lo hacían para sobrellevar sus problemas, ¿por qué yo no? Me sentía mal y necesitaba un medio de escape. Empecé a consumir con mis clientes, ellos me invitaban. Los atendía en completo estado de negritud. Primero me parchaba de vez en cuando, después casi todos los días. Hasta que se me hizo rutina. Me envicié con el chamo, me hundí en el sórdido mundo de la cocaína. Y mientras más me hundía, más se deformaba mi cuerpo debido al vicio. Compraba en Torrepa, Surquillo, 5 Esquinas, Jr. Canta en el Centro. Diez años metida en la vaina, sí, con crisis esporádicas. Alex Otiniano estaba enterado de mi calvario, el muy cabrón me chantajeaba, me obligaba a dar shows privados en provincias por nada. Sí pues, un hijo de puta. Hace seis meses, en "La Movida de los Sábados", aparecí descuidada, pasada de vueltas, hablando incoherencias. Cuando vi la repetición me quise morir. ¿Te imaginas lo que publicaron los diarios? Mi último cliente metió a cuatro tipos a la habitación y entre todos me violaron. Fue algo espantoso, caí en la desesperación. Me encerré una semana, sin comer, sin dormir. Coqueándome todo el día. Coca en la mañana, coca en la tarde, coca en la noche. Tiros y más tiros. Se me perforó el tabique nasal de tanto aspirar. Huecos del tamaño de una moneda de 10 céntimos. Puse cortinas negras en las ventanas de mi casa. Creía que me estaban grabando por todos lados. Me dio paranoia. Miedo. Asco. Finalmente me vino una sobredosis. Es algo fuerte esto que te cuento. Quiero encaminar mi vida luego de haber tocado fondo, he decidido ser honesta y blanquearme. Llevo tres meses internada en el centro de rehabilitación "Nuevo Estilo de Vida sin Drogas", tengo por delante año y medio de tratamiento. Y aunque será un duro camino, el primer paso ya está dado. Sí, estoy entregada a Cristo...
¿Por qué la prostivedette Lucy Bacigalupo, alias la ojona, quien hizo también un trío sexual con Cromwell y el Coyote a cambio de 10 mil verdes, salió inesperadamente bien librada de tan espinoso asunto? ¿Dónde está el cromwellvideo de esta señora? ¿A quién le pagó para impedir su difusión en los medios? ¿Cuánto pagó? ¿Quién oculta dicho video ahora? ¿Aparecerá algún día en Cholotube? Las respuestas a estas y otras interrogantes en el próximo capítulo de "Cromwell: El Cajero Generoso", serial producido y dirigido por Michelle Alexander. No se lo pierdan.
¿Cuántas veces escuchaste al maese Melcocha recitar de manera solemne su clásico estribillo "pero yoo he-stado en el chow de Deivi Lederman", como si este anecdótico hecho se tratara del techo máximo al que puede aspirar toda persona dedicada al digno oficio de la comicidad? ¿8 veces? ¿9, quizás? Para él, 10 minutos memorables que justifican el resto de su existencia. El clímax casi-sexual de su respetable carrera artística. Para nosotros, o al menos para mí, 10 minutos pintorescos cargados de chistes malos -en realidad, entre muy malos y pésimos- aunque siempre con la inigualable chispa del maestro Melcochita ("Melchorita", según Pablo Villanueva en la Peña Ferrando; "Pacochita", según Jaime Bayly en su primer libro). La confirmación de un mito sobrevalorado que el buen Melcocha suele narrar con el mismo apasionamiento que exuda un hijo de vecino cuando te relata su más reciente polvo. Para David Letterman, 10 minutos intrascendentes invertidos en una secuencia de relleno, el monótono trajín de completar una edición más de "Late Night" antes irse a su casa a dormir, o irse a chupar en el mejor de los casos. Una noche para el olvido, de puro trámite, y claro, el vía crucis de presentar cualquier huevada con tal de cubrir 11 años de programación diaria.
